Kingpin es, desde hace años uno de los villanos imprescindibles del Universo Marvel, especialmente de su parte más urbana y callejera, que es la que se ha intentado representar en las series de televisión de Netflix.
Auténtica fuerza de la naturaleza, Wilson Fisk es un hombre obsesionado por el control pero apesadumbrado por sus emociones. Villano principalmente asociado a Spider-Man y a Daredevil, es una de las fiugras más prominentes del crimen organizado en los Estados Unidos, especialmente en la ciudad de Nueva York.
Vamos a hacer un repaso de su trayectoria en el cómic y su traslación a la pequeña pantalla.
Orígenes del mal
Se sabe muy poco de la infancia y juventud de Wilson Fisk, más allá de ser poco popular entre el resto de los niños de su edad, que se burlaban de él por su sobrepeso, y convertirse en carne de cañón para abusones y matones. Todo esto provocó que el joven Wilson se aislara del mundo y empezara a desarrollar su habilidad para utilizar a los demás para conseguir lo que quería y satisfacer sus necesidades, un primer paso para convertirse en el genio criminal que llegaría a ser posteriormente.
Cometió su primer asesinato a los doce años y se dedicó a convertirse en la mejor versión posible de sí mismo; consideraba que la fuerza bruta y la potencia física eran el mejor recurso para llegar a ser respetado dentro del mundo del hampa y se afanó duramente en entrenar su musculación y practicar diferentes estilos de lucha cuerpo a cuerpo, apasionándose especialmente por el sumo japonés.
Esta parte de la atormentada infancia del personaje se vio fielmente retratada en la primera temporada de Daredevil, donde se muestra a su padre como un hombre violento con problemas con el alcohol que está constantemente agrediendo a la madre de Wilson.
Fue un auténtico autodidacta que estudió de libros robados en tiendas y bibliotecas; demostró un gran interés siempre por las Ciencias Políticas, lo que le ayudó a desarrollar técnicas de organización y dirección dentro de sus actividades criminales. De ahí viene el sobrenombre de Kingpin, que significa literalmente "la persona más importante dentro de una organización".
Kingpin siempre ha utilizado su propia banda para intentar enfrascarse personalmente en cosas sucias y evitar así ser incriminado. Gracias a su habilidad organizativa, su organización criminal creció en número, poder e influencia, aupándole a una posición de gran poder dentro del crimen organizado.
Sin embargo, a efectos legales y de cara a la opinión pública, siempre ha invertido su capital en negocios limpios que no puedan ser acusados de cometer nada ilícito ni irregular. ¡Como, por ejemplo, en especias del Lejano Oriente!
La exitosa (y brutal) reputación de Fisk atraería rápidamente la atención de importantes jefes criminales de la ciudad de nueva York. Don Rigoletto, uno de los mayores capos del crimen, le reclutó para ser su mano derecha, pero finalmente Fisk acabó matando a su jefe y haciéndose con el control de su banda.
Vanessa y Richard, familia disfuncional
Una vez amasada su fortuna y convertido en parte de la élite neoyorquina, conoció al que sería el gran amor de su vida, Vanessa. Su apellido de soltera, Mariana, es lo único que se conoce de este enigmático personaje, que logró encandilar a Wilson Fisk desde el primer momento en que la vio.
Con tan sólo 20 años, Vanessa contraería matrimonio con Fisk, pero nunca aprobaría sus negocios criminales, poniéndole muchas veces contra la espada y la pared.
Vanessa fue siempre un remanso de paz para Fisk, que la adoraba hasta límites enfermizos y se dedicaba a ella por completo. En ella encontró la paz y calmó sus ansias de control y de poder. Sin embargo, la felicidad le iba a estar negada a estos dos tortolitos, como veremos más adelante.
Un año después de casarse, nació su hijo Richard, que fue enviado a estudiar a Europa desde pequeño, en un intento de Vanessa de alejarle de las actividades delictivas de su padre.
En Europa, ya después de graduarse, Richard fingió su propia muerte en un accidente de esquí para cortar los lazos con su familia y reaparecería en el futuro como un criminal disfrazado que intentaría derrocar a su padre. ¡Y no una, sino dos veces!
En primer lugar, reaparecería como el malvado The Schemer en The Amazing Spider-Man #83 (1970), con el objetivo de desmantelar completamente la organización criminal de Kingpin. Años después, volvería a intentarlo nuevamente (lo que no dice mucho de su estabilidad mental, por no hablar de su orgullo), asumiendo esta vez la identidad del criminal conocido como The Rose (la Rosa) en The Amazing Spider-Man #253 (1984), esta vez uniéndose a las filas de su padre, pero con la misma intención de destruir su imperio, esta vez desde dentro.
El personaje acabaría perdiendo la cabeza (y tal vez los guionistas también) y acabaría convertido en una especie de despiadado vigilante asesino de criminales conocido como Blood Rose. Pero no nos pinchemos con estas espinas...
Spider-Man, su primer enemigo
Kingpin fue creado por Stan Lee y John Romita, Sr. en las páginas de The Amazing Spider-Man #50 (1967), donde asistimos a su ascenso como uno de los jefes criminales más importantes del hampa organizada.
Su imagen está basada en la del actor Sydney Greenstreet, conocido por sus papeles en grandes películas como Casablanca o El Halcón Maltés, pero sus forma física, su bastón y el hecho de que (en sus inicios, sobre todo) estuviese continuamente fumando se basan en otro actor de cine negro, Robert Middleton.
Ya desde su primera aparición, Wilson Fisk se diferenciaba del resto de los demás jefes criminales que pululaban por las páginas de Spider-Man, porque para el el crimen no es más que un mero negocio. A pesar de eso, Stan Lee decidió humanizar un poco al personaje en The Amazing Spider-Man #70 (1969), revelando que estaba casado y que era un devoto esposo.
Mientras en estas primeras apariciones Kinpin se ensuciaba las manos liándose a mamporros con Spider-Man ante los intentos del arácnido de estropear sus planes, con el tiempo Fisk se convertiría en un corrupto hombre de negocios que se limitaría a manejar los hilos desde su despacho y a manipular a todo el mundo sin implicarse en caso de no ser necesario.
Sin embargo, durante sus primeros años, Kingpin apuntó todo lo alto que pudo, llegando incluso a intentar controlar el gobierno de los Estados Unidos (¡y controlar el mundo!) cuando fue reclutado como jefe de la facción de las Vegas de la peligrosa organización HYDRA. Esto le llevó a enfrentarse contra el Capitán América y también contra Cráneo Rojo...¡definitivamente algo fuera de su liga!
Cansada de la vida criminal de us marido, Vanessa consiguió convencerle de que dejara todo por ella y se retiraron a Japón. Ante la presión de su mujer para que entregara todos sus archivos criminales al gobierno, los nuevos jefes criminales raptaron a Vanessa y (aparentemente) le asesinaron, lo que hizo que Fisk volviera a ponerse al frente de su organización, no sin antes quitarse de en medio a muchos de sus competidores.
Amor y Muerte
Tras sus primeros enfrentamientos con Spider-Man, Kingpin se convirtió en manos de Frank Mkiller en el principal oponente de Daredevil, en la primera etapa del genial escritor al frente de la serie del Diablo Guardián. Miller llegaría a la serie en el número 155, pero se convertiría en autor completo en el número 168, con la presentación de Elektra y el origen de lo que se convertiría en la que seguramente sea la mejor etapa que ha tenido el personaje en toda su historia.
Es en este momento, y gracias a Miller, que asistimos a la creación del auténtico Kingpin, aquel que conocemos a día de hoy, el ser cruel, frío, calculador y sin escrúpulos que se convirtió en manos del escritor de Vermont en la némesis definitiva de Daredevil, remodelándolo por completo y presentándonos su mejor (peor) versión.
Daredevil era el oponente perfecto para alguien como Fisk: un vigilante enmascarado que pretende acabar con los criminales en una ciudad donde Kingpin pretende hacerse con el control de todo el crimen organizado. Kingpin, signo de todo lo corrupto, se convirtió aquí en el enemigo definitivo al que Matt Murdock se ha tenido que enfrentar durante toda su carrera.
Creyendo que su esposa había muerto, decidió regresar a sus negocios turbios y recuperar le poder y se centró en controlar la alcaldía de Nueva York, usando como marioneta a un político a sus órdenes. Incapaz de demostrar de formas legales la corrupción de Kingpin, un frustrado Daredevil hace todo lo posible por desenmascarar su maldad, pero se ve incapaz de derrotarle definitivamente. El superhéroe se convierte en más que una molestia para Fisk, se convierte en el enemigo a destruir.
Finalmente, Daredevil consigue destronar al alcalde corrupto de Fisk porque encuentra a su esposa, Vanessa, perdida y con graves problemas mentales, y obliga a Fisk a retirarse de la alcaldía a cambio de revelarle su paradero.
En represalia a lo anterior, ya con su esposa en casa, Kingpin contrata a la asesina a sueldo conocida como Elektra para que mate a Foggy Nelson, el socio de Murdock. Lo inesperado del asunto es que la asesina no es otra que el primer amor del abogado ciego, que acaba regresando a su vida para acabar de destrozársela. Cuando Kingpin contrata a Bullseye, un peligroso psicópata para matar a Elektra, podemos decir que empieza el verdadero proceso de destrucción de Matt Murdock, que sin embargo, aún tendría que sufrir bastante más posteriormente.
Sin lugar a dudas, Kingpin es la persona que más daño a hecho a Matt Murdock / Daredevil, consiguiendo poner siempre al personaje al borde de la locura.
Amor y Guerra
En 1986 se publicó una novela gráfica titulada Daredevil: Love & War, realizada por Frank Miller y Bill Sienkiewicz, que supone un magistral estudio de la psicología de Kingpin y tal vez el mejor relato que se ha escrito sobre él como protagonista. Seguramente, la historia definitiva de Wilson Fisk.
Con Vanessa postrada en la cama sin hablar, Fisk rapta a un médico para que la cure y amenaza con matar a su mujer mientras vemos con Daredevil va detrás de sus diversas actividades criminales.
Por un lado, esta historia intenta que empaticemos con Fisk y su amor por su mujer, que comprendamos sus verdaderas motivaciones, especialmente el gran amor y devoción que siente por ella, pero en el fondo, Vanessa no deja de ser prisionera de él.
Sienkiewicz nos ofrece un Kingpin de proporciones gigantescas, con un físico imponente que se escapa de las propias páginas del cómic. Este Kingpin es una auténtica fuerza de la naturaleza, un ser de maldad pura obsesionado por el control y el crimen. Pero, al mismo tiempo, es también un Kingpin vulnerable, frágil y frustrado por sentir que el amor de Vanessa se escurre entre sus dedos sin que pueda hacer nada para remediarlo.
De esta forma, el villano adquiere también un matiz trágico con el que el lector puede empatizar con facilidad: incluso el temible señor del crimen ansía ser amado.
Born Again
Y entonces llegó Born Again. Publicada en Daredevil #227-233 (1986), tal vez sea la mejor historia escrita sobre Daredevil y, sin lugar a dudas, una de las mejores obras de la historia del cómic. Frank Miller regresó al personaje al que había encumbrado en los altares del éxito, para destrozarle por dentro y por fuera, haciendo que ya nunca nada volviera a ser lo mismo para Matt Murdock.
Junto con David Mazzucchelli (con quien dos años después realizaría Batman: Year One) este viaje a los infiernos de Matt Murdock tuvo la finalidad de destruir y reconstruir al héroe, como en cualquier gran historia de la literatura. Es más, el final de esta historia puede verse como un final para la historia del personaje, ya que nada podrá volver a ser lo mismo para él después del via crucis que tiene que atravesar.
Y el responsable de todo ese sufrimiento no es otro que Wilson Fisk, que ve en Murdock un vivo ejemplo de todo lo que él aborrece y quiere destruir. Fisk se obsesiona con Murdock de tal forma que utiliza todos los recursos de los que dispone para quitárselo TODO (literalmente) e intentar volverle loco.
La destrucción de Matt Murdock, más que física (que también) es psicológica y emocional, envuelto todo además de una simbología religiosa que acentúa aún más el carácter heroico y casi divino (por la superación de los obstáculos) del héroe.
La guerra de Kingpin es primero contra Matt Murdock y después contra Daredevil; es una guerra física y también psicológica, que se extiende no sólo al héroe, sino a sus seres queridos y sus más allegados. Nunca Kingpin fue tan cruel, tan real, tan despiadado como en las páginas de esta obra maestra. Y pocos villanos de un cómic de superhéroes han hecho sufrir tanto a su némesis como Wilson Fisk en Born Again.
Kingpin disfruta de su odio y su venganza contra Daredevil porque se lo toma como algo personal, lo que le convierte en un personaje aún más (repulsivamente) creíble y le coloca en una aún más intocable posición de poder, aunque muy difícil de redimir después de todo lo que le ha hecho pasar al héroe de la Cocina del Infierno.
Mala hierba nunca muere
No podemos olvidar tampoco que, mientras intentaba destruir a Daredevil, Kingpin también tenía tiempo para hacerle la vida imposible a nuestro lanzarredes favorito.
Fisk fue el responsable de otorgarle poderes a Felicia Hardy (Black Cat / Gata Negra), cuando la ladrona reformada estaba saliendo con Spider-Man. Como era de esperar, el regalo venía envenenado y los poderes de mala suerte de Felicia precipitaron el fin de su relación con el trepamuros.
Tras fracasar en acabar con Daredevil en Born Again, Fisk se mudó a Europa con su mujer temporalmente, lo que desencadenó una guerra de bandas en un intento de ocupar su lugar. La guerra terminó cuando Kingpin regresó, triunfante como siempre, eliminando a sus competidores y reconstruyendo su imperio.
Con energías renovadas y el mismo odio de siempre, emprendió un nuevo ataque contra Murdock/Daredevil mediante la asesina psicópata Typhoid Mary, que volvió a poner al abogado en una delicada posición moral y personal. Podéis leer más sobre este interesante personaje en Typhoid Mary, la loca villana de la segunda temporada de Iron Fist en Netflix.
Pero llegó el momento en que Daredevil decidió vengarse y hacer pagar de una vez por todas a Kingpin por lo que le había hecho. Después de manipular y encarcelar a Typhoid Mary (con la que Fisk había comenzado una relación), consiguió implicarle en actividades delictivas, al tiempo que HYDRA asaltó sus cuentas financieras y le dejó sin dinero. Kingpin, derrotado por Daredevil y después de haberlo perdido todo, consiguió pagar su fianza para no pudrirse en la cárcel y estuvo desaparecido durante un largo período.
Tras una breve estancia en Japón, consiguió hacerse con el control del conglomerado Stark-Fujikawa, lo que le llevó a enfrentarse a los X-Men. Finalmente, regresó a Estados Unidos de manera (nuevamente) triunfante. Lo de este hombre es increíble, ¿verdad?
Cegado por el odio
En sus comienzos en el mundo del hampa organizada, Kingpin mató a uno de sus socios, el cheyene Willie "Crazy Horse" Lincoln (Caballo Loco), para hacerse así con sus ganancias. Antes de morir, Willie le suplicó a Fisk que se hiciese cargo de su hija, Maya López. Posteriormente, Maya fue manipulada por Kingpin, que le hizo creer que Daredevil había sido el responsable de la muerte de su padre.
En Daredevil vol. 2 #9 (1999), obra de David Mack y Joe Quesada, Maya López se convertiría en Echo y juraría venganza contra Daredevil. Es raro ver un personaje sordo en los cómics, además de nativoamericano, pero Maya es un auténtico prodigio capaz de duplicar perfectamente cualquier movimiento físico con sólo verlo una vez. Después de descubrir que el verdadero culpable de la muerte de su padre no era otro que el propio Wilson Fisk, la joven le dispara en la cara dejándole ciego.
Secretos y mentiras...y un poco de Shakespeare
Es evidente que quedarse ciego (temporalmente, claro) no iba a detener a alguien como Wilson Fisk. La siguiente gran evolución del personaje vino de la mano de Brian Michael Bendis en su laureada etapa en Daredevil, que se extendió durante más de cuatro años y que muchos sitúan a la altura del trabajo realizado por Miller. Ayudado en la parte gráfica por el genial Alex Maleev, toda su etapa se lee como una gran historia-río con tono de novela negra que vuelve a poner patas arriba la historia del personaje. Y van...
Todo se desencadena cuando Sammy Silke, un pequeño lugarteniente de Kingpin e hijo de un antiguo socio, descubre que Matt Murdock es Daredevil. Al darse cuenta de que Kingpin ya lo sabía desde hace años pero no parece estar por la labor de hacer (nuevamente) nada con esa importante información, Silke empieza a conspirar para derrocar a Fisk, cuya imagen ya está bastante debilitada por su ceguera y la desconfianza entre los miembros de su organización.
En lo que es casi una tragedia shakesperiana, al más estilo Julio César, Kingpin es apuñalado por su propio hijo, Richard Fisk, que ha estado esperando este momento para poder vengarse de su padre.
En una magistral vuelta de tuerca, asistimos al regreso de una curada Vanessa Fisk, que toma las riendas del asunto, pone a salvo a su marido, liquida sus empresas y asesina a todos los que han conspirado contra su marido, incluido su propio hijo. Después, se lleva (otra vez) a Fisk a Europa para que los médicos cuiden de él y alejarlo del mundo criminal, aunque queda severamente trastornada después de asesinar a Richard.
Como podéis imaginar, el incansable Wilson Fisk (se merece un premio, ¿no creéis?) vuelve nuevamente a la carga para derrotar al Diablo Guardián, pero Daredevil acaba arremetiendo contra él, derrotándole enfrente de sus lacayos y proclamándose él mismo el nuevo Kingpin de la Cocina del Infierno.
En manos de los federales, Fisk intenta hacer un trato para que le dejen libre con la condición de entregarles suficiente información para probar que Matt Murdock es Daredevil.
La etapa de Bendis termina con Murdock y Fisk en prisión, con el FBI deseando que se matasen entre ellos. El testigo lo toma Ed Brubaker, que hace que los dos pacten para hacer frente a un motín organizado contra ellos y finalmente es Murdock quien consigue escapar, permaneciendo Fisk encerrado.
Cuando Vanessa reaparece y confiese a Murdock que está muriéndose a causa de una enfermedad terminal y le pide como último deseo que actúe como abogado defensor de su marido. Finalmente, Kingpin consigue salir de prisión y asistir al funeral de su esposa, pero pierde su nacionalidad estadounidense y tiene que abandonar el país.
¿Adivináis qué lugar elige el señor Fisk para retirarse? Pues nada menos que las costas gallegas, en el norte de España, donde el antiguo Kingpin intenta olvidar su terrible pasado criminal y el dolor por su amor perdido viviendo una vida de lo más normal y tranquila.
En Daredevil vol. 2 #116 (1999), maravillosamente dibujado por David Aja, se nos muestra una faceta nunca hasta ese momento vista de Wilson Fisk, en lo que puede ser una de las mejores historias escritas sobre el hombre detrás del criminal. Fisk encuentra de nuevo el amor en una mujer llamada Marta y trata de sentar la cabeza, pero los fantasmas del pasado le persiguen y le impiden ser feliz.
Efectivamente, una asesina conocida como Lady Bullseye entra en escena, mata a Marta y a sus hijos y fuerza a Kingpin a volver a Nueva York y entrar de nuevo en la espiral criminal, intentando convertirse (fallidamente) en el nuevo líder de la Mano.
Kingpin se queda en Nueva York intentando reconstruir su imperio, pero lejos del nivel de poder e influencia del que había disfrutado en el pasado.
El leopardo no cambia sus manchas
No me gustaría acabar el recorrido por la trayectoria de Kingpin sin mencionar dos historias que considero son de lo mejor que se ha escrito sobre el personaje.
En primer lugar, Severance Package, una historia autoconclusiva aparecida en Spider-Man's Tangled Web #4 (2001), obra de Greg Rucka y Eduardo Risso. En este magistral relato, uno de los principales empleados de Kingpin fracasa en una misión y se ve obligado a asumir responsabilidades frente a su jefe, que decide mostrar una especie de retorcida compasión con él. Es una compleja y brillante historia que arroja una nueva visión sobre el concepto de "poder y responsabilidad".
La otra gran historia es Back in Black, una saga comprendida en The Amazing Spider-Man #539-543 (2007), donde un desenmascarado Peter Parker (cosas de la primera Civil War, después borrado "mágicamente") se enfrenta en prisión a un Wilson Fisk que había enviado a un francotirador a asesinar al héroe, pero que por error había dejado a su tía May al borde de la muerte.
Un Peter Parker que lo ha perdido (casi) todo se enfrenta de manera descarnada contra Fisk, al que deja vapuleado y malherido, pero al que no es capaz de matar. Muy pocas veces un enfrentamiento entre Spider-Man y uno de sus villanos se había sentido tan cruel y tan real. Todo ello, cortesía de J.M. Straczynski y Ron Garney.
Alcalde Fisk
En el reciente Daredevil #600 (2018), Kingpin acabó proclamándose alcalde de Nueva York. ¡Ya era hora después de tantos años intentándolo! Aprovechándose de todo el caos causado por HYDRA durante el evento Secret Empire (2017), el antiguo jefe criminal fue acumulando poco a poco poder y recuperando simpatías y apoyos perdidos.
Así como que no quiere la cosa, y a pesar de que Matt Murdock le roba el puesto durante un brevísimo período de tiempo, Wilson Fisk ostenta actualmente el flamante cargo de alcalde de la ciudad que nunca duerme. ¿Qué será lo siguiente que deparará al personaje?
¿Pero Kingpin tiene poderes o no?
Aparentemente, Kingpin parece uno más en la larga lista de gangters del Universo Marvel. Sin embargo, lo que le convierte en alguien extraordinario es precisamente que no posee ningún tipo de habilidades especiales ni superpoderes. Es, simplemente, un (gran) hombre con una gran riqueza, una gran fortaleza y destreza física y una increíble inteligencia y agudeza mental.
Kingpin es algo más que un criminal de poca monta: es un traficante de niños, un contrabandista de drogas, un asesino, un ladrón. Y muchas más cosas. Su habilidad para organizarse, planificar, regresar triunfante y más fuerte que nunca después de ser derrotado una y mil veces, hacen de él un personaje único y muy peligroso para cualquiera que se ponga en su camino.
Sin embargo, por más inteligente y astuto que sea, Wilson Fisk es tan sólo un ser humano, con unos objetivos, defectos y debilidades fácilmente identificables que lo anclan a la realidad más descarnada. Por eso es por lo que probablemente sea uno de los mejores y más grandes villanos de Marvel.
Un Kingpin negro
El ya fallecido Michael Clarke Duncan encarnó a Wilson Fisk en la versión cinematográfica de Daredevil que dirigió en 2003 Mark Steven Johnson con Ben Affleck como protagonista y con Jennifer Garner y Colin Farrel como Elektra y Bullseye respectivamente.
Independientemente del cambio de raza del personaje, el actor prestó su fornido cuerpo y su peculiar y cavernosa voz para dar vida al rey del crimen organizado, pero ni su esforzada interpretación ni la del resto del (poco afortunado) reparto pudieron salvar a la película de ser un fracaso, no tanto comercial, sino especialmente entre la crítica y los aficionados, que salimos espantados de la sala de cine. Muchos fans de Batman entenderán perfectamente a lo que me refiero....
El Kingpin de Netflix
El actor Vincent D' Onofrio es el encargado de dar vida a Wilson Fisk en el UCM de Netflix y sólo podemos decir que es el Kingpin perfecto.
Fisk fue la némesis principal en la primera temporada de Daredevil (2015), la mejor hasta el momento de todas las series de Netflix dentro de su parcela Marvel, y ningún antagonista posterior ha estado remotamente a la altura de la complejidad y maldad del personaje, cuya personalidad casi consigue eclipsar a la del héroe protagonista.
Después de pasar la mayor parte de la segunda temporada en prisión (no sin regalarnos algún momento memorable), la tercera temporada de la serie nos devuelve al personaje que todos estábamos echando de menos, al manipulador rey del crimen organizado que, por fin, viste su emblemático traje blanco tan característico de los cómics.